domingo

ya no he de presentar batalla...

Ya no he de presentar batalla.
Después de todo, igual se desbarata el día,
y no queda más de mí que mi desplome,
mi renuncia,
suelo yermo de antemano así entregado.
Y esta rendición tan absoluta,
sin tratados, condiciones,
cláusulas ni cesiones compensatorias.
Amén de este botín de guerra,
del expolio y del saqueo que conozco,
del derribo de la almena y de las alas,
sobre la tierra,
bajo la noche
y entre las muertes.
A qué luchar,
contra quién levantarse en armas,
si el deseo de vencer se desmorona,
si traiciono al fin mis huestes y llanuras,
y abro valles a la marcha de enemigos.
Dónde batir,
por qué oponerse
y cuál es la afrenta
una vez planificada la derrota,
que me brota del desierto, del destierro,
de naturaleza yerta, esclavo en vida,
arma entregada.
A los pies tuyos,
sumiso servidor, siervo cautivo,
mis tierras nuevamente, mis dominios,
y el despojo de este ejército rebelde
que busca el fin, que rompe filas,
que no ha de presentar batalla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario