domingo

la memoria es residente de mis huesos...

La memoria es residente de mis huesos.
Se arena cada noche y acristala
tu imagen en la fibra de mis brazos.

Es extraño
que el único dolor que no causabas
me haya clavado al borde de mi lecho,
como alfiler inmenso, arpón agudo,
de la cabeza al vientre resbalando hacia los pies.
Ese dolor exacto y desmedido
(de piel poco frecuente, de invasiones
hacia el perfil ajeno de tu cuerpo)
se nutre del olvido que no llega,
enquista en mí la vida que no fue,
le da cobijo,
secreto en lo profundo de mis huesos.
Allí donde reside la memoria.
Allí donde se arena y acristala
tu imagen en la fibra de mis brazos.

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