Tuvo tantos matices la tristeza
que en vano se obstinaba la mirada
en distinguir color y pincelada,
en recobrar del tono la simpleza.
Qué sorpresa la luz, que despereza
de pronto mi retina esta jornada,
qué extraña la llegada inesperada
de tanta claridad, tanta certeza.
Se muestra ante mis ojos una senda
en la que siembre el día la semilla
de tiempos de comienzo, de mudanza.
La tierra me hace entrega de su ofrenda
de arena roja, azul, verde, amarilla.
Tiene tantos matices la esperanza…
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